La musica pop ha sido acusada de ser desechable, un simple producto de consumo que una vez usada, usualmente se envia al bote de la basura, y mucha de ella es asi, en unos cuantos años (o meses), ya nadie se acuerda de ella, los temas principales empero, si pasan a formar parte del gusto generacional, y asi tenemos que American Patrol de Glenn Miller o Funky Town de Lipps inc. se vuelven canciones que toda una generacion recuerda y que sobreviven en su memoria y sus gustos por muchos años.
Sus ritmos, sus letras son de sobra conocidos, y a veces incluso trascienden a otras generaciones, aunque no el gusto por ellas, incluso es a veces al reves, como los hijos de la generacion de los Beatles, que no siempre aprecian a esa banda.
Pero una vez extinguida esa generación, esa musica no trasciende, no importa cuan popular haya sido, se olvida, como Nicolas Urcelay o Jose Mojica, que ahora solo conocemos porque la reproduccion automatica de youtube los incluye junto a Emilio Tuero, pero que segun mi madre, eran sumamente populares en los cuarentas.
Casi podriamos definir una generacion por su musica, e identificarle inmediatamente, asi Maria Conesa es de la epoca de Don Porfirio, Fernando Fernandez de los cuarentas, etcetera.
Hay una musica popular que no se olvida, esa que se queda y permanece, que penetra hasta lo mas profundo del alma de un pueblo y se une a sus tradiciones, se vuelve parte de su cultura, como las canciones de Pedro Infante, una excepcion que no entiendo, pero que si siento.
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